Lo que usted necesita saber

portrait of Siberian cat

 

Cuando abordamos temas médicos de felinos domésticos es importante recordar que no hablamos de un perro pequeño, sino de una especie que tiene enfermedades y tratamientos específicos.

El presente artículo pretende ampliar la información sobre una enfermedad felina, que ha sido estudiada en los últimos años y que se ha convertido en una infección común en nuestro medio en los gatos callejeros o en aquellos que mantienen contacto con éstos.

Es necesario que se conozcan aspectos como la etiología, transmisión, signología, diagnóstico, tratamiento y prevención de la Leucemia Viral Felina (FeLV) para saber cómo ayudar a nuestro miembro felino de la familia.

La FeLV es producida por un retrovirus (Subfamilia Oncornavirus), que se replica dentro del tejido linfático (ganglios linfáticos), médula ósea y epitelio respiratorio, provocando alteraciones en el sistema inmunológico, hematopoyético y neoplasias (tumores).

El virus de la FeLV se ha dividido en varios subgrupos, de los cuales solamente el FeLV – A es infeccioso y se transmite entre gatos, mientras que los subgrupos: FeLV –B, FeLV-C y FeLV-T se heredan y forman parte del genoma felino (código genético), éstos cumplen un papel importante en la infección de Leucemia Viral; ya que al adquirir la enfermedad estos subgrupos se unen al subgrupo A y aumentan su patogenicidad, es decir activan mucho más al virus y provocan signos clínicos más alarmantes, como tumores malignos, anemias graves no regenerativas y alteraciones en glóbulos blancos, provocando inmunosupresión grave. El virus al infectar las células produce una proteína llamada gap p 27, la cual se encuentra en el citoplasma de éstas células y en el plasma sanguíneo de gatos infectados, algunas de las pruebas diagnósticas detectan esta proteína, haciéndolas más sensibles y específicas para el diagnóstico de FeLV.

La FeLV es más común de lo que pensamos, especialmente en gatos en los que se les permite salir de casa, es la enfermedad de los “gatos sociales”, se transmite en forma horizontal por contacto estrecho con gatos infectados al compartir platos de comida, acicalamiento mutuo ya que la saliva tiene gran cantidad de virus y uso de áreas higiénicas comunes, por peleas de machos enteros, así como también puede haber transmisión iatrogénica por medio de agujas, instrumentos o transfusiones de sangre contaminada. También se transmite por vía vertical (de madres a hijos) a través de la placenta, leche materna y acicalamiento, un porcentaje de los gatitos que sobreviven a la infección intrauterina pueden convertirse en adultos con infección persistente. La transmisión a través de los seres humanos no es posible; ya que el virus se destruye fácilmente en el ambiente.

Los gatitos jóvenes son más susceptibles a la infección por FeLV y esta susceptibilidad va disminuyendo con el paso de los años, excepto en pacientes inmunodeprimidos o que conviven con gatos infectados.

Después de haber iniciado la infección por vía oro nasal el virus se replica en los ganglios linfáticos y ahí pueden presentarse 3 tipos de respuesta clínica de acuerdo al grado de inmunocompetencia del paciente: El primero se refiere a gatos totalmente inmunocompetentes que no permiten que el virus continúe replicándose en otros tejidos del organismo, eliminándolo por completo, sin producir signos clínicos y creando inmunidad para próximas exposiciones para FeLV. En el segundo tipo se incluyen gatos en los que el sistema inmune no responde adecuadamente, por lo que la replicación del virus continúa en glóbulos blancos como linfocitos y monocitos y se produce la etapa de viremia caracterizada por fiebre, linfadenomegalia (inflamación de ganglios linfáticos) y decaimiento, puede terminarse la etapa de viremia en los próximos meses (hasta 4 meses), eliminando el virus por completo y creando alta inmunidad para próximas exposiciones al mismo, en esta etapa el virus ya puede ser diagnosticado con la ayuda de pruebas ELISA. Y el tercer tipo se refiere a gatos en los que la viremia ha permanecido por varias semanas y en los que hay comprometimiento de la médula ósea y alteraciones en precursores hematopoyéticos y plaquetas, en este tipo de respuesta no se puede eliminar el virus por completo del organismo; ya que permanece la información genética para la formación el virus en las células madres de la médula ósea, generando una Infección Latente, éstos son pacientes que dan negativo en los exámenes diagnósticos de rutina, pero el virus puede reactivarse y volver a la viremia espontáneamente, por inmunosupresión o durante la gestación, si la viremia persiste por más de 16 semanas es muy probable que el gato esté permanentemente infectado y siendo una fuente de contagio para otros gatos durante el resto de su vida, el pronóstico de estos animales no es bueno; ya que presenta enfermedades asociadas a FeLV (Linfoma, Leucemia Linfoide) y tienen un período de sobrevida de 3 años aproximadamente.

Hay muchos gatos infectados que no demuestran signología clínica, y cuando la presentan es muy variada e inespecífica, como: decaimiento, fiebre, pérdida de peso, anorexia, vómitos, diarreas, deshidratación, rinitis, linfadenomegalia, conjuntivitis, enfermedades bucales, disnea (efusiones pleurales). También se pueden producir coinfecciones con Peritonitis Infecciosa Felina, Virus de Inmunodeficiencia Felina, infección por Mycoplasma haemofelis, esto relacionado a la inmunosupresión. La FeLV está asociada con la formación de tumores, como Linfoma mediastínico, multicéntrico y digestivo, también con alteraciones graves de la médula ósea, causando anemia no regenerativa, alteraciones en glóbulo blancos (Leucemias) y plaquetas. Pueden haber afecciones de otros tejidos, como: infecciones dermatológicas, glomerulonefritis, uveítis, poli artritis, trastornos reproductivos, neuropatía, hepatopatía, durante la transmisión vertical los gatitos pueden padecer del “Síndrome del gatito apagado”, que se caracteriza por falta en el amamantamiento, deshidratación, hipotermia y muerte.

Es importante considerar que todos los gatos sospechosos o que hayan tenido contacto con gatos infectados deben ser practicados pruebas diagnósticas para FeLV 90 días pos contagio, algunas pruebas evalúan antígenos, por lo que no hay interferencia con anticuerpos vacunales o maternales, pero hay que recordar que gatitos contaminados por infección vertical pueden reportar falsos negativos en la prueba inicial y seroconvertirán en los meses siguientes, por lo que la recomendación sería repetir la prueba posteriormente. En nuestro medio disponemos de varias pruebas que permiten identificar el Antígeno causante de la enfermedad, una de ellas es el Snap Combo Felino IDEXX®, de alta sensibilidad y especificidad que detecta la proteína p27 en el plasma sanguíneo, utilizando la técnica ELISA, esta prueba nos permite el diagnóstico temprano de la enfermedad. Hay otras pruebas que utilizan saliva o lágrimas, pero lamentablemente estos estudios no son tan precisos y pueden reportarse falsos positivos y falsos negativos. También se puede utilizar la técnica de Inmunofluorescencia Indirecta (IFI) que detecta proteína p27 en el citoplasma de las células infectadas, también se puede realizar PCR que es una prueba más sensible pero de alto costo.

Como ayuda diagnóstica también se realiza un Hemograma, en el que podemos encontrar anemia no regenerativa, pancitopenia (glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas bajas). Bioquímica Sanguínea, observándose alteración en el análisis hepático. Estudios de Imagen de tórax y abdomen, observándose efusiones, presencia de tumores en mediastino o intestino. En caso de sospecha de Linfoma secundario a FeLV se recomienda punción de ganglios linfáticos, obteniéndose gran cantidad de células blancas inmaduras.

Los gatos infectados con FeLV deben acudir a visitas médicas cada seis meses para evaluación física y para reevaluar el estado clínico mediante análisis de sangre. Se tratarán las infecciones y alteraciones secundarias con antibióticos, reposición de fluidos, analgésicos, protectores gástricos, etc. Se pueden utilizar inmunomoduladores que ayuden a mejorar la respuesta inmunológica, como el Interferón, propionibacterium acnes. Cuando hay anemia se puede administrar Eritropoyetina recombinante humana y en casos más graves se recomienda transfusión sanguínea, en caso de leucopenia y neutropenia severas se recomienda el uso del Factor Estimulador de colonias de Granulocitos para aumentar la generación de estas células desde la médula ósea, en caso de Linfoma o Leucemia se recomienda el uso de quimioterápicos.

La mejor forma de prevenir el contagio es evitando que su gatito salga de casa y tenga contacto con gatos callejeros, sería recomendable la esterilización para evitar el vagabundeo, evitar que coma o tome agua de recipientes que no son los suyos, desinfectar los ambientes con cloro, detergentes, amonio cuaternario, realizar pruebas serológicas específicas para FeLV a gatos que han sido rescatados de la calle o que han sido comprados en criaderos o pet shops con la finalidad de evitar el contagio a los gatos que ya pertenezcan a la familia. Existe una vacuna contra la FeLV, cuya administración debe ser muy cuidadosa y en sitios específicos; ya que puede ocasionar Sarcoma en el sitio de inoculación, aún no está disponible en nuestro país. Con respecto a la administración de las otras vacunas felinas el médico veterinario tiene que evaluar cuidadosamente las ventajas y desventajas de administrarlas en un paciente contagiado con FeLV y si es apto para recibir estas vacunas.

Por: TANIA E. VILLAGRÁN G. MVZ