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El herpes virus felino (HVF), conocido también como virus de la rinotraqueítis felina, produce infección en las vías respiratorias altas en gatos de toda edad siendo más común su aparición en gatos cachorros entre las 6 y 12 semanas de vida.

Este virus junto con el calicivirus felino (CVF) son los más importantes causales de enfermedad de vías respiratorias en felinos.

¿Qué es la rinotraqueitis felina?

La rinotraqueítis o gripe felina es una infección altamente contagiosa que afecta las vías respiratorias superiores de los gatos producida por el herpes virus felino (HVF).

Es más frecuente en ambientes donde se concentran un gran número de gatos, como criaderos felinos, centros de acogida y colonias de gatos salvajes, aunque también pueden sufrirla gatos caseros. Los gatos jóvenes, sometidos a estrés o inmunosuprimidos, son los más susceptibles de contraer el virus. Los gatos se infectan por contacto con otros gatos enfermos y fómites (jaulas, comederos o vestimenta contaminada). El período de incubación es entre 2 y 17 días y el curso de la enfermedad es de 2 a 4 semanas.

A menudo, los gatos infectados se hacen portadores del HVF tras la remisión de los signos clínicos. Se desconoce cuál es la duración del estado portador, aunque esta oscila entre semanas a años.

¿Qué signos deben alertarme en el gato para sospechar de gripe felina?

Las manifestaciones clínicas incluyen: fiebre, estornudos, secreción nasal serosa o mucopurulenta, conjuntivitis, uveítis y secreción ocular, anorexia y deshidratación en casos graves.

El las hembras preñadas se observan abortos por el HVF, eliminando cachorros en diferentes estados de desarrollo.

Además en animales adultos se observa a menudo conjuntivitis/queratitis crónica sin enfermedad respiratoria.

¿Cómo puede el médico veterinario diagnosticar esta enfermedad?

Para diagnosticar rinotraqueitis felina el médico veterinario se basa en la anamnesis y las manifestaciones clínicas del gato durante la consulta. Existen pruebas de serología (PCR e IFI) y aislamientos virales a partir de hisopados (nasales, conjuntivales u orofaríngeos) pero carecen de valor diagnóstico.

Se puede recurrir a más del examen clínico de rutina a análisis de sangre como biometría hemática en la que puede haber un aumento de los glóbulos blancos por infección bacteriana secundaria o a veces los hallazgos son normales. Si se sospecha de una infección respiratoria inferior concomitante se realizará imágenes radiográficas de tórax.

¿Cuál es el tratamiento de la gripe felina y su gravedad?

No existe un tratamiento específico de uso habitual para combatir el virus. El tratamiento se basa en cuidados de apoyo y manejo de infecciones secundarias. Se recomienda el aislamiento de los gatos enfermos para evitar la diseminación de la enfermedad, como mínimo un mes.

Hay que limpiar el moco y el exudado secos de la cara y de la nariz. La congestión nasal grave se trata con descongestionantes tópicos de uso pediátrico como fenilefrina al 0,25%. También se pueden realizar vaporizaciones, lo que permite eliminar más fácilmente las secreciones y además hidrata el epitelio respiratorio superior.

La antibioticoterapia contra las infecciones secundarias está indicada en el caso de gatos con signos clínicos graves. Los antibióticos iniciales de elección son la ampicilina y amoxicilina, ya que suelen ser eficaces, provocan escasas reacciones adversas, y pueden administrarse a cachorros.

Las úlceras corneales se tratan con antivirales tópicos, pomadas oftálmicas, manteniendo el tratamiento durante 1 o 2 semanas.

Aunque las virosis son autolimitantes en pocos días, los procesos bacterianos pueden resultar riesgosos para la vida sino son tratados, así mismo si el gato presenta anorexia y deshidratación severa necesita cuidados hospitalarios, soporte nutricional y administración de fluidos intravenosos de manera emergente y deben ser aislados de otros gatos.

Los gatos que no responden a la terapia apropiada dentro de los 4-6 días deben ser evaluados en busca del virus de la leucemia felina (ViLeF) y del virus de la inmunodeficiencia (VIF), dos agentes que pueden ser inmunosupresores e interferir con la respuesta al tratamiento.

En algunos gatos el virus puede producir destrucción de los cornetes nasales de manera permanente, lo cual predispone a la rinitis crónica, incluso sin infección activa.

¿La gripe felina puede ser transmitida a los seres humanos?

El HVF solo afecta a los gatos, la transmisión se produce fundamentalmente por contacto directo entre ellos. Por lo tanto, este virus no es transmitido a los seres humanos.

¿Cómo puedo prevenir la aparición de esta enfermedad en el gato?

La prevención consiste en reforzar la inmunidad ante las infecciones. La mayoría de los gatos domésticos son relativamente resistentes a los problemas prolongados asociados al HVF, y los cuidados sanitarios de rutina, como vacunación regular suelen ser adecuados.

La vacunación reduce la gravedad de los signos clínicos aunque no previene la infección. Tampoco inhiben el estado portador. Es importante evitar que los gatos salgan de casa.

Las vacunas subcutáneas a virus vivos modificados se utilizan en la mayoría de los gatos, y están disponibles junto con la vacuna de calicivirus y panleucopenia felina. Estás vacunas son fáciles de administrar, no dan lugar a signos clínicos y protegen de forma adecuada a los gatos que no mantienen una exposición excesiva a estos virus.

En cachorros, la vacuna se administra entre la sexta y la décima semana después de nacer, con una segunda dosis a las 3 o 4 semanas. En gatos adultos se recomienda la revacunación anual.